FRANCIA, CONTRA LA LEY EL KHOMRI


LÉON CRÉMIEUX

Viento Sur
Para el gobierno y los grandes grupos mediáticos controlados por el poder la jornada del 14J debía pasar desapercibida, una especie de batalla de honor de un movimiento agotado.
Sin embargo hemos asistido a manifestación inmensa desfilando por las calles de la capital, atravesando los barrios del suroeste de Paris, yendo de la Place d’Italie a Invalides. Cuando ya habían transcurrido cuatro horas del inicio de la marcha, aún quedaban cortejos enteros a la espera de poder iniciarla… Frente al anuncio de 1,2 millones de manifestantes por parte de la CGT, el gobierno no ha visto en la calle más que 120 000 personas, de forma que para él la cifra es la más baja de las anunciadas desde el 31 de marzo. Pero lo más importante es que tras la manifestación,la comunicación mediática y gubernamental sólo hacía referencia a la "violencia de los alborotadores", a causa de una decena de ventanales de cristal dañados y la fachada pintada de un gran hospital pediátrico parisino que se encontraba en la trayectoria de la manifestación/1. Por lo que se refiere al fondo de la cuestión, el Primer ministro mantiene que el proyecto no tiene vuelta de hoja, que la ley ya está hecha, que no habrá ninguna modificación y que la movilización debe desaparecer de los media. Además, amenaza con prohibir las manifestaciones anunciadas para la semana que viene.
Sin embargo, la movilización se resiste a morir. La del 14J ha sido la mayor manifestación desde que hace ya tres mesesse iniciaron las movilizaciones,: dos o tres veces más grande que la del 31 de marzo. Evidentemente, se trataba de una manifestación nacional, pero el hecho es que además de en Paris, también hubo manifestaciones en varias grandes ciudades: Marsella, Toulouse, Estrasburgo, Rennes… Así pues, la imagen del día no es que se trataba de la última pedalada. En la manifestación del 14J, como en todas las actividades desarrolladas desde hace semanas, lo que se expresa es unafuerte voluntad. La mayoría de la gente procedía de grandes o pequeñas empresas del sector privado de todas las regiones, en la mayoría de los casos en autobuses fletados por la CGT, pero también por FO y Solidaires.
La manifestación, la consignas, son la prueba de la determinación con la que se exige la retirada de la Ley El Khomri y del rechazo al gobierno PS. A pesar de la propaganda cotidiana desarrollada desde hace meses en la radio y la TV por el PS y el conjunto de comentaristas y pretendidos expertos económicos y sociales, los trabajadores y trabajadoras van viento en popa contra este Ley: en todas las encuestas, solo el 30 % de la opinión publica apoya el proyecto de Ley; el 70 % y la casi totalidad de trabajadores y trabajadoras quieren su retirada pura y simple o, al menos, modificaciones de calado.
Ahora bien, hasta ahora el movimiento no ha logrado doblegar al gobierno y las cuestiones que estaban planteadas al inicio de las movilizaciones siguen ahí.
Por un lado, el gobierno sigue estando débil. Su credibilidad se reduce de semana en semana como una piel de zapa. Para ocultar su debilitad, la pareja Valls-Hollande ofrecen una imagen de dirigentes fuertes jugando a la carta de reforzar cada vez más el Estado policial. El Primer ministro juega en ese registro, repitiendo constantemente que Francia está en guerra contra el terrorismo, que hay que defender la República y a partir de ahí asistimos a una histeria mediática orquestada por el gobierno, en la que todo pasa a través de ese ángulo de lectura. Y es eso lo que pasó la mañana del 14J, tras el asesinato de una pareja de policías en la región parisina: se convirtió en un ataque terrorista de gran importancia y a partir de él, el Ministro del Interior accedió a una vieja reivindicación de los sindicatos reaccionarios de policía y de la extrema derecha: la autorización a que la policía lleve armas fuera de servicio. Y en esa línea, el Primer Ministro subliminó los destrozos sufridos por la fachada del hospital pediátrico el 14J en un "hospital devastado", aún cuando ningún manifestante entrara en el Hospital.
Pero esta puesta en escena mediática de un "acto inhumano" puede servir, ya veremos, para justificar la prohibición de las próximas manifestaciones. Ironía de la vida, el líder de Force Ouvrière, Jean Claude Mailly, respondió a esta amenaza diciendo que [si se prohibían las manifestaciones sindicales] al mismo tiempo habría que prohibir los partidos de futbol del Euro2016 ya que, debido a los múltiples enfrentamientos que generan, ya han provocado al menos un muerto y heridos graves.
En este ambiente de Estado policial y de puesta en escena de un país en guerra, el gobierno se encuentra atrapado en su propio juego: la derecha y el Front National le reprochan su debilidad ante el desorden social.
El gobierno y la policía aplican a las manifestaciones este clima de violencia de Estado. El 14J hubo 150 manifestantes heridos, 15 de ellos atendidos en los servicios de urgencia y uno en estado grave a causa de una granada lacrimógena disparada contra él. La utilización de pelotas de goma, de LBD, de granadas de dispersión y de la gases lacrimógenos produce graves lesiones a las y los manifestantes, por no hablar de las cargas contra los cortejos y el uso intensivo de las porras.
Así pues, tras el 14J el gobierno trata de salir del atolladero incrementando la tensión y la violencia policial. El objetivo es llegar a quebrar definitivamente el movimiento antes de que la ley pase a ser debatida, por segunda vez, en la Asamblea nacional a principios de julio [ahora está lo siendo en el Senado].
En lo que respecta al movimiento, la situación sigue siendo contradictoria.
Las convocatorias realizadas por la Intersindical nacional, demasiado espaciadas, sobre todo a partir de mediados de mayo, no permiten construir una relación de fuerzas, llevar al gobierno a la derrota. Hasta el presente, la determinación de los equiposde sindicalistas combativos ha permitido mantener fuerte al movimiento, pero en muchos sectores las empresas se han declarado en huelga de forma desorganizada… saltando unas cuando otras se retiraban.
A lo largo de estas últimas semanas, el único momento en el que el gobierno estuvo a punto de ceder fue a finales de mayo, cuando el bloqueo de los depósitos de carburante y la huelga del transporte por carretera puso a las gasolineras al borde del cierre. No hay otra forma de hacer ceder al gobierno que bloqueando la actividad económica del país, al menos a un nivel suficiente como para crear una situación en la que el aislamiento social y político del ejecutivo le obligue a ceder. Algo de lo que muchos sindicalistas son conscientes desde que se inicio el movimiento. Esa fue la razón que impulsó el llamamiento "On bloque tout" (Bloqueamos todo) que se lanzaron el 27de marzo 100 sindicalistas, fundamentalmente de la CGT y Solidaires. Es también el ambiente que se palpa entre los equipos de sindicalistas que, sobre todo desde mediados de mayo, han multiplicado los bloqueos y las huelgas (como la de la recogida y tratamiento de basuras domésticas en diferentes ciudades). Los trabajadores y trabajadoras de las refinerías han estado en huelga durante semanas, pero el impacto de la huelga se contrarrestado por la importación masiva de carburante por parte de los grandes grupos comerciales. Las huelgas de la SNCF o de los pilotos de Air France a partir del 1 de junio no han podido darle al movimiento el vigor que tuvo las dos semanas precedentes. Más aún cuando, en la SNCF hasta que se pudo imponer a la CGT la huelga reconducible a partir del 1 de junio, había conocido jornadas aisladas de huelga desde primeros de marzo, lo que ha ido gastando al movimiento. Sin embargo, otros sectores: centrales nucleares, puertos, cristalería, la agro-alimentación, han entrado en acción estas últimas semanas.
La fuerza de este movimiento y la composición de la manifestación quiebra la imagen diseñada desde hace años de un movimiento sindical y reivindicativo limitada a las y los trabajadores de la función pública. Desde hace unos meses, son los trabajadores y trabajadoras de la industria, del transporte, del comercio y de los servicios quienes dan cuerpo a la movilización.
Desde mediados de mayo, la dirección de la CGT, bloqueada por una situación que no controla, trata de cabalgar el tigre. Atenazada entre la fuerza del movimiento que le empuja a estar en primera línea y el bloqueo de todo margen de maniobra en las negociaciones con el gobierno, PhilippeMartinez mantiene el punto, pero no quiere ir más allá en la confrontación. Es por eso que renunció de forma explícita a sacar provecho del comienzo de la Euro2016, el 10 de junio, para poner al gobierno a la defensiva, y desautorizó a los equipos sindicales que habían intensificado la huelga en las líneas de transporte que hacían el servicio hacia los estadios de futbol. En la misma línea, la Intersindical no ha definido un plan de movilización in crescendo para el post-14J. Las próximas convocatoria es para el 23 de junio y la Intersindical llama menos a reforzar las huelgas que a recoger firmas/2. La Unión Departamental de Bouches du Rhôe de la CGT, por su cuenta y apoyándose en las fuerza del 14J, en la que 300 empresas hicieron huelga ese día, ha lanzado un llamamiento a una huelga de 48 horas el 23 y 24 de junio, con el ánimo de intensificar la lucha.
Una vez más, las espadas están en alto en esta lucha que dura ya 4 meses y que ha renovado sus fuerzas en cada ocasión.
16/06/2016
Traducción: VIENTO SUR
Notas:
1/ En la trifulca contra la policía, tal como relata Liberación, se dañaron varias vidrieras (sin que fueran totalmente destrozadas), pero ningún manifestante entró al interior del Hospital. En ese sentido no hubo "devastación" del Hospital, tal como hablan el Gobierno y los grandes medios.
2/ Se refiere a una iniciativa de "consulta" popular que impulsan la Intersindical y que viene recogiendo firmas contra la Ley.

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