Israel Disturbios contra los emigrantes africanos y política de detenciones sin límite


CHARLES ANDRÉ UDRY Y MICHAEL SHAEFFER OMER-MAN
Martes 7 de octubre de 2014, Viento Sur,
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A finales de septiembre de 2014, se ha disparado el número de manifestaciones violentas contra los y las inmigrantes en Tel Aviv. El auge de la xenofobia y el racismo no puede ser interpretado –como pretende la extrema derecha israelí, siguiendo el esquema de otras fuerzas que tienen los mismos rasgos en Europa o en los Estados Unidos, aunque incorpore rasgos particulares del “estado judío”– como una protesta de los israelíes “más pobres” contra los inmigrantes. ¡Los últimos disturbios en el barrio Hatikiva muestran la intervención de fuerzas políticas en sectores no particularmente pauperizados! Ciertamente, la pobreza es masiva en Israel y ha habido diferentes manifestaciones de protesta contra ella a lo largo de los últimos años.
Así, los habitantes del barrio de Hatikiva, el 20 de septiembre de 2014, han ocupado las calles, enarbolando banderas israelíes y gritando consignas como “¡Deportar a los sudaneses!”, lo que adquiere un tono espantoso si se recuerda la tragedia histórica de lo que supusieron los años treinta en Europa.
Tiendas de inmigrantes han sido atacadas, saqueadas. A algunos africanos les rompieron los cristales de sus coches. El diario Haaretz ha indicado que los taxis conducidos por africanos han sido registrados por grupos racistas, pero al no encontrar nada de lo que se sospechaba que llevaban –rumores clásicos en este tipo de “caza” de inmigrantes– los dejaron pasar. Antes de estos ataques organizados, un hombre lanzó varios cócteles Molotov contra viviendas en las que vivían sudaneses. Un diputado de la Knesset (parlamento), Miri Regev, miembro del Likud, ha participado en los disturbios racistas. Declaraba, con fórmulas que caracterizan el odio xenófobo y/o racista: “Los sudaneses eran un cáncer en nuestro cuerpo”. Los manifestantes tenían retratos del ministro del interior, del partido religioso sefarad Shass, Elie Yisdai, que había pedido la detención y expulsión de todos los africanos demandantes de asilo, acusándoles de estar en el origen de todos los crímenes cometidos en Israel. Hay que preguntarse quienes son los criminales después de ver el vídeo reproducido en https://www.youtube.com/watch?v=JyaoHp8B55M. La respuesta seguro que no se ajusta a los delirios de Elie Yisdai cuando declaraba a la radio militar: “La mayor parte de los refugiados africanos en Israel que se dedican a actos criminales o al menos reprensibles deben ser expulsados”.
¿“Un planning familiar” para los etíopes de Israel?
Hemos abordado en varias ocasiones en esta página (alencontre.org) el tema de la política xenófoba, como poco, contra los y las inmigrantes.
Es útil recordar las políticas recientes, pues se ve en ellas el reverso de la medalla de una política de ocupación militar y policial de los territorios palestinos, de la llamada “Operación plomo endurecido” contra Gaza, de la “compra” obligada, el 30 de septiembre de 2014, de siete casas en el barrio de Silwan de Jerusalén Este, con ocupación sobre las 2 de la noche, apoyada por una escolta policial, utilizando la táctica de comprar primero uno o dos apartamentos para luego “imponerse” en una parte creciente del barrio. La política discriminatoria, xenófoba y/o racista, según un abanico amplio, se aplica contra los palestinos “ciudadanos” de Israel. Otro ejemplo, muy revelador, a propósito de la cuestión de los inmigrantes.
En diciembre de 2012 estalló un escándalo a propósito de un documental de Gal Gabbay, quien tardó cinco años en realizarlo. Trataba sobre la obligación para las mujeres etíopes que hicieron su alya (es decir, para un judío, su “ascensión” o su “subida espiritual”, como acto de inmigración a Tierra Santa/Eretz Israel) de haberse tenido que someter a un anticonceptivo de larga duración (depo-provera), inyectado cada tres meses. Sin lo cual no habrían sido admitidas para inmigrar a Israel. El documental tuvo el efecto de una minibomba en Israel. La organización que había “orientado” a esas mujeres etíopes era el Joint (American Jewish Distribution Committee), presente y activo en Etiopía (en Addis Abeba y Gondar); los expertos militares israelíes están también moviéndose en ese país. A esas mujeres se les “informó” de que se trataba de una vacuna.
Gal Gabbay, en una entrevista con Slate.fr, el 8 de marzo de 2013, a propósito del racismo que podía implicar esta decisión, responde: “El racismo es pernicioso. Nunca es oficial. No fue una persona propiamente hablando la que dio una orden pero todo estaba muy organizado, fue algo que requirió años: desde 1994 hasta hoy. Así pues no puedo decir que Israel no quisiera niños negros, pero puedo decir que algo muy malo ha ocurrido. Si se hubiera tratado de mujeres europeas o americanas, ¿se les habría dado esa inyección tan naturalmente? ¿Sistemáticamente? Esta historia ilustra claramente la política de control de nacimientos realizada en Africa por los países occidentales. El “mundo libre” piensa que tiene derecho a interferir, en nombre de la lucha contra la pobreza”. Slate.fr concluye: “La inmigración de los judíos de Etiopía [120.000 viven en Israel] ha constituido para el estado hebreo un desafío. Una gran mayoría de la comunidad etíope vive en barrios populares, con aspecto de gueto. Los niños van a escuelas a parte y los jóvenes de origen etíope tienen menos diplomas que el resto de la población”. Por otra parte, en diciembre de 2013, los y las etíopes se manifestaron ante la Knesset para protestar contra el racismo creciente y sus condiciones de vida.
Sin embargo hay que subrayar que ha habido resistencias contra esta política de “planning familiar”. Así, Dana Alexander, directora del departamento legal de la Asociación de Derechos Civiles de Israel –y otras organizaciones– han realizado una campaña contra esta práctica finalmente reconocida. La investigación de Rachel Mongoli, responsable de la asociación Wizo (Organización internacional de mujeres sionistas), que se ocupa de la “comunidad etíope” en Israel, concluye en una constatación, confirmada por otros estudios: la tasa de fertilidad de esas mujeres es del 50%. El gobierno intenta, por su parte, descargar la responsabilidad en las organizaciones como el Joint –u otras que participan en la expansión de las colonias en los “territorios ocupados” desde 1967– para salvar una imagen... cada vez menos posible de blanquear. Hay una suerte de “parentesco” entre lo que decía Elie Yisdai a propósito de la devolución de niños inmigrantes africanos y esta gestión de la “fertilidad” de mujeres etíopes que hacen su alya!
La política frente a los “sin papeles” africanos... una prolongación de la que se hace frente a los palestinos
A finales de diciembre de 2013, tuvo lugar en la Knesset el debate sobre la puesta en marcha de un sistema de detención sin juicio previo de los “inmigrantes ilegales”. En Le Monde del 11 de diciembre de 2013, Laurent Zecchini comenzaba su artículo sobre de la siguiente forma: “¿Habrían puesto ustedes a Nelson Mandela en un centro de detención abierto o cerrado?”: esta pregunta de la diputada Tamar Zandberg, del partido Meretz (izquierda), marcó el debate que precedió a la votación realizada el martes 10 de diciembre en la Knesset para instituir un sistema de detención para los inmigrantes africanos ilegales. Por 30 votos contra 15, los diputados decidieron un sistema de encarcelación de doble entrada (¿y salida?): 1) centros de detención “abiertos” como el de Holot, en el desierto del Neguev, donde han sido transferidos centenares de detenidos (“inmigrantes ilegales”) desde la sórdida prisión de Saharonim (cerca de la frontera egipcia); por tanto un centro abierto en pleno desierto con la obligación de fichar tres veces al día... “para evitar un trabajo ilegal”; 2) centros cerrados, donde son encarcelados los “inmigrantes ilegales” sospechosos de no respetar la ley o que se escapan de los “centros abiertos”. De hecho, se trata de limpiar los “centros urbanos” de inmigrantes africanos. Una opción de “limpieza” que remite a las modalidades de ocupación de los territorios ocupados de Palestina. El diario Haaretz en esta ocasión ha titulado: “Qué significa el “apartheid israelí”: la subdivisión meticulosa de la población en Israel está guiada por el principio de la desigualdad que beneficia a la clase dirigente”.
Como consecuencia de las campañas contra el llamado terrorismo palestino –calificativo que se aplica a casi todos los oponentes a la política y a las prácticas del estado de Israel, como ilustran los actuales ataques violentos contra Gideon Levy, periodista de Haaretz– los disturbios contra los inmigrantes africanos no hacen sino reverberar, trágicamente, la realidad multifacética del estado sionista actual.
Charles André Udry, 3/10/2014
El Tribunal Supremo debe pronunciarse sobre la detención sin limitaciones de los demandantes de asilo africanos
La enmienda a la Ley sobre la Prevención de la Infiltración permite al estado detener indefinidamente a los demandantes de asilo africanos que no pueda deportar. Una versión precedente de la ley había sido anulada/1.
El Tribunal Supremo debía tomar una decisión sobre el mantenimiento o la anulación de partes determinantes de una ley que permite la detención indefinida de demandantes de asilo africanos en el centro de detención de Holot.
El Tribunal había anulado la versión precedente de la ley y demandado a los legisladores que propusieran rápidamente un proyecto de recambio –proyecto que ha introducido medidas aún más graves.
Una de las consecuencias de la nueva ley que los jueces deberán gestionar es la presión que las autoridades israelíes ejercen sobre los demandantes de asilo para que vuelvan al país del que han “huido”. Los jueces criticaron los argumentos del estado cuando analizaron el caso en abril de este año.
Sensibles a la reputación del Tribunal Supremo a escala internacional, los jueces se han dado cuenta quizás de una serie de acontecimientos que se han desarrollado en el extranjero en el curso de los últimos meses.
La política de asilo israelí ha sufrido una crítica cuando un tribunal suizo concedió asilo a un refugiado eritreo porque éste había sido convocado en un centro de detención en el desierto de Israel.
Una crítica mucho más pública ha sido hecha en un informe de 83 páginas de la ONG Human Rights Watch que analiza la política de asilo de Israel, en particular lo que se refiere al centro de Holot. Según ese informe, el estado ha obligado a unos 7.000 demandantes de asilo africanos a abandonar “voluntariamente” el país.
La ley internacional sobre los refugiados estipula claramente que una vuelta hacia el país del que se ha huido no puede ser considerada como “voluntaria” si la única opción alternativa es permanecer en prisión.
Dos sucesivos Ministros de Interior israelíes así como otra serie de políticos han declarado muy claramente que su objetivo era presionar a esos demandantes de asilo africanos –que no tienen derecho a deportar– para que huyeran... de Israel.
Al mismo tiempo, las instancias que trabajan en el tema del asilo han rechazado más del 99% de todas las demandas de asilo efectuadas por sudaneses y eritreos.
Refugiados y refugiadas –tanto quienes se encuentran ya en Holot como quienes están amenazados con ser enviados allí– han iniciado una serie de protestas públicas muy mediatizadas este año. Éstas han puesto en evidencia su situación “difícil”, pero no se ha hecho nada para encontrar soluciones a sus problemas.
Como escribía en otro artículo este mismo año, no hay ninguna perspectiva concreta inmediata ni para el gobierno ni para los demandantes de asilo. La nueva ley estaba ya puesta en cuestión algunos días después de su aplicación; incluso si es algo que podría tardar meses e incluso años, ¡la mejor posibilidad de cambiar la política israelí hacia los demandantes de asilo sigue siendo hoy el Tribunal Supremo! Pero ni siquiera la anulación de la ley significaría una solución, y no hay ninguna indicación clara de que pueda ocurrir.
Michael Schaeffer Omer-Man
Artículo publicado en la página +972 el 21/09/2014.
http://alencontre.org/video/israel-emeutes-contre-les-migrants-africains-et-politique-de-detention-sans-limites.html
Traducción: Faustino Eguberri para VIENTO SUR
Notas
1/ El 16 de septiembre, el Tribunal Supremo había decidido por unanimidad de sus miembros que la ley que permitía encarcelar sin juicio durante tres meses a inmigrantes ilegales era inconstitucional. Pisoteaba otra ley que garantizaba “la dignidad humana y la libertad” (Red. A l´encontre)

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