Hugo Chávez Frías Recordándolo solidariamente, desde el compromiso con la democracia participativa, la justicia y la paz



Danny Glover y James Counts Early
truth-out.org


Por Danny Glover, Actor y miembro del Comité directivo de TransAfrica y James Counts Early, Comité político para la Articulación regional de Afrodescendientes en Latinoamérica y el Caribe, miembro del Comité directivo, Institute for Policy Studies  


El 5 de marzo de 2014, el gobierno de Venezuela y millones de ciudadanos venezolanos, junto a varios miles más en todo el mundo, incluyendo jefes de Estado, conmemoraron el primer aniversario de la desaparición física de Hugo Chávez Frías. Nos tomaremos igualmente el tiempo de reflexionar sobre su vida, sus virtudes y limitaciones, sus promesas públicas, logros y obra inacabada. Por invitación del pueblo venezolano y del gobierno, nos sumamos a las conmemoraciones en Caracas, Venezuela, encontrándonos igualmente con el Presidente Nicolás Maduro y el Canciller Elías Jaua, además de realizar una visita especial a las comunidades afrovenezolanas en Barlovento para hablar acerca de sus proyectos económicos cooperativistas.

 Conocimos a Chávez por primera vez en el año 2003 en Caracas, cuando se le hizo una invitación al Comité directivo del Foro TransAfrica para efectuar una visita, a cargo de Danny, luego dirigida por Bill Fletcher, Jr., a participar en la inauguración de la Escuela Bolivariana Martin Luther King, Jr., en el pueblo costero de Naiguatá, donde vive una importante población venezolana de origen africano. Nuestra visita también coincidió con el reconocimiento oficial del cumpleaños de Martin Luther King, Jr. como día de celebración nacional en Venezuela. 

 Nos interesaron profundamente su visión y sus proyectos, y nos hicimos defensores de ellos porque estaban orientados a concretar una propuesta segura de soberanía nacional y de auto-determinación que promoviera la formulación y la implementación de formas profundamente nuevas de participación democrática y de desarrollo material. Nos solidarizamos con Chávez en nuestro interés común y en nuestra determinación de enfrentar y superar el racismo, la falta de educación, de servicios de salud, de empleo; en apoyo a la participación política de las masas empobrecidas, marginadas y alienadas de venezolanas y venezolanos. 

 TransAfrica cuenta con una larga historia de solidaridad con la independencia y la auto-determinación del pueblo haitiano y Chávez era profundo conocedor de la historia de la Revolución de Haití, y de la ayuda que le proporcionaron los líderes del gobierno haitiano a Simón Bolívar, con luchadores y barcos haitianos, para movilizarse militarmente contra el colonialismo español. Pero su comprensión no era meramente histórica. Sentía y expresaba en lo material una obligación profunda por parte de Latinoamérica y del Caribe de saldar una deuda con Haití por su contribución a la liberación de toda la región del yugo colonial. Algunos años más tarde, durante otra visita, nos llamaron tarde una noche para que fuéramos al palacio presidencial y nos reuniéramos con el Presidente Chávez para tratar el apoyo a una delegación enviada por el exiliado Presidente Aristide. “Danny y James, confío en ustedes,” nos decía, mientras nos preguntaba lo que pensábamos que él debía hacer con respecto a la solicitud de apoyo por parte de los activistas haitianos que habían llegado de manera imprevista. En seguida los hizo traer al palacio, los escuchó con detenimiento y luego dio instrucciones de que se les diera vivienda, empleo y apoyo para sus proyectos haitianos.

 Entre nosotros, llegamos a referirnos a Chávez con cariño como “el Gran hombre” o como el “Pequeño hermano”, dado que éramos mayores en cuanto a edad. Con entusiasmo daba fe de las raíces afrodescendientes de su familia, evidenciando a menudo la presencia de la “Madre África” en “mis labios gruesos y en mi cabello crespo”. Con orgullo, autenticaba aquellas destacadas características físicas, al igual que su afinidad social y cultural con los afrovenezolanos y con África y su diáspora. Durante su gestión, hizo hincapié en aumentar el número de embajadas venezolanas en África. Nos propuso que hiciéramos junto con él una gira por África, con el propósito de fortalecer las relaciones económicas y culturales. Sus críticos más rencorosos recalcaban con regocijo sus vínculos africanos para atacarlo con burlas, junto a sus políticas de desarrollo progresistas, centradas en la gente. 

Chávez trabajó incansablemente para garantizar que los marginados y políticamente excluidos, tanto en Venezuela como en el resto de Latinoamérica y el Caribe, pudieran algún día ejercer y beneficiarse de la justicia y equidad transformadora producto de las reformas progresistas que conducen al cambio sistémico en lo democrático y en lo económico. Como respuesta, los ciudadanos se organizaban y reiteradamente ofrecían sus votos en apoyo a su liderazgo. La participación ciudadana se expandió exponencialmente bajo la Revolución Bolivariana que inició Chávez. Millones de ciudadanos llegaron a expresar su patriotismo y su apoyo irrestricto a la soberanía y autodeterminación nacional. Chávez incluso extendió su solidaridad hacia los ciudadanos estadounidenses que no tenían cómo pagar el combustible de calefacción en invierno, ni podían atenerse a que las corporaciones energéticas en los EE.UU., regidas por la ganancia, dieran muestra alguna de responsabilidad social para ayudar a los ciudadanos con mayor necesidad.

Mientras enfrentaba críticas e intentos de desestabilización constantes, no sólo ayudó a inspirar a ciudadanos y a gobiernos en toda Latinoamérica y el Caribe a denunciar y rechazar la pobreza, la falta de cuidado médico, de educación, de empleo y la intromisión en los asuntos internos de los países de la región; sino que trabajó de la mano con ellos para que se volvieran activos en el proceso democrático y en la consolidación de instituciones democráticas para amonestar y desmantelar los principios y prácticas económicas que han empujado a tantos millones de personas hacia una vórtice de precarización, miseria y guerra, junto a su enajenación de cualquier protagonismo cívico. 


Sylvia Hill, vice presidente de la junta directiva de TransAfrica Forum; James Counts Early; y Danny Glover, miembro del la junta directiva de TransAfrica Forum, se dan la mano con la presidenta de la Comisión Permanente de Pueblos Indígenas de la Asamblea Nacional y diputada Nohelí Pocaterra, durante una visita por una delegación de TransAfrica a Caracas el 8 de enero, 2004. (foto por TransAfrica)

Chávez fue un pensador valiente y un abogado decisivo de la justicia. No era su intención que lo alabaran como un héroe, aunque manejaba bien la enorme admiración que emanaba de sus conciudadanos y de líderes en todo el mundo, entre los cuales muchos lo veían, y lo siguen viendo, como un ídolo. Tenaz en cuanto a su objetivo de largo plazo, de derrotar al neoliberalismo y construir un socialismo venezolano nuevo, justo y productivo en lo económico, fue muy proactivo en su contacto con diferentes puntos de vista ideológicos y proyectos económicos. Emprendía este trabajo como un proceso complejo de solidaridad mutua. 

Sus detractores antidemocráticos recurrían a medidas anti-constitucionales, como han sido el golpe de Estado y los incesantes ataques mediáticos maliciosos y llenos de falsedades, junto al saboteo económico. Hablando con candor acerca de Chávez, el ex Presidente de los EE.UU., Jimmy Carter llegó a las mismas conclusiones que nosotros, con relación a nuestra participación oficial como observadores en las elecciones presidenciales venezolanas; al visitar los centros de votación y hablar con electores tanto a favor de Chávez como de oposición, seleccionados [como miembros de mesa] por sus circunscripciones electorales, a modo de garantizar que el proceso de votación se desarrollara de manera limpia y transparente. El Presidente Carter ofreció su evaluación objetiva de Chávez y del proyecto bolivariano: “Aunque no siempre hemos coincidido con todos los métodos empleados por su gobierno, nunca hemos dudado del compromiso por parte de Hugo Chávez de mejorar las vidas de millones de sus compatriotas… Venezuela probablemente cuenta con el sistema de votación más excelente que haya conocido”.

No tenemos duda alguna de que Chávez se hubiera visto consternado pero resuelto frente a las actuales protestas inflamatorias y la violencia de la oposición venezolana, con su estrategia expresa de minar los avances constitucionales y la voluntad electoral de la mayoría de la población venezolana. Querría que las personas de principios honestos y de pensamiento justo apoyaran cuidadosamente, evaluaran críticamente y mejoraran con esmero su gran visión y la dedicada asistencia por parte del Estado para apoyar la inclusión proactiva de la ciudadanía y su auto-superación. 

Chávez no tenía miedo en decirle las verdades a los poderosos y fomentar simultáneamente la organización junto con los desamparados para implementar políticas económicas, sociales y políticas que hoy por hoy han salvado miles de vidas, por medio de la salud gratuita, educando igualmente a millones mediante la educación universal. Dichas políticas han transformado a la región a través de un desarrollo centrado en las comunidades, donde los ciudadanos empoderados se han organizado gracias a programas petroleros de Petrocaribe y de la nueva Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, en defensa de la justicia social y de los logros económicos y democráticos conquistados por los ciudadanos del Caribe y de Latinoamérica durante la pasada década, de los cuales muchos se han beneficiado también en los EE.UU. y en África. 

Conmemorar la vida y las contribuciones de Hugo Chávez no debiera limitarse al culto heroico, o al elogio sin reservas de su proyecto bolivariano inacabado. No cabe duda de que presentó un perfil único, pero no podemos perder de vista de que era un individuo-social comprometido, al final uno entre muchos venezolanos y venezolanas y gente en todo el mundo que se dedican a la justicia, la igualdad, la autodeterminación y la soberanía. Aunque era vigoroso, a veces firme, en la argumentación de sus principios, contundente a la hora de lidiar con sus críticos y apasionado por sus políticas y colaboraciones con los pobres y marginados, también trabajó exitosamente con personas y líderes nacionales que a menudo diferían radicalmente en cuanto a sus perspectivas o posición en la vida, en Venezuela, en los Estados Unidos y en todo el mundo. 

 Siempre recordaremos a Chávez, como recordamos a King y a Mandela, por sus valientes convicciones de justicia, por su profundo coraje contra las grandes potencias destructoras, y por sus imperfecciones humanas, a pesar de las cuales lideraron movimientos sociales con políticas de gobierno que inspiraron y mejoraron la vida de sus sociedades y del mundo. Le pedimos también a quienes nos leen que lo hagan, pero suscribiéndose con espíritu crítico a la solidaridad con los pueblos de Venezuela, de Latinoamérica y del Caribe y sus gobiernos, que en homenaje a la memoria de Hugo Chávez Frías siguen inspirándose de su liderazgo y se esfuerzan sinceramente por mejorar su democracia, su autodeterminación y soberanía, al igual que su bienestar material y espiritual. 

Fuente original en inglés: http://www.truth-out.org/opinion/item/22274-hugo-chavez-frias-in-memory-solidarity-commitment-to-participatory-democracy-and-justice-in-peace

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