Guatemala: Alvaro Velásquez: AHORA SÍ... UN FIASCO 23 de agosto 2012

Siglo XXI

La propuesta diluida de reformas constitucionales que al fin quedó por parte del Gobierno de Guatemala es un fiasco, al menos por tres razones: 1) responde al veto de las cúpulas empresariales, pese a que estos aun así no la apoyen; 2) de sus intenciones originales en materia de recuperación de la autoridad del Estado, se automutila, burlando sus propias expectativas, pero tratando de trasladarle a la sociedad civil (es decir, al diálogo social) el costo político de presentar una propuesta barata. 3) Insiste en tener a un Congreso de la República subordinado, donde, los financistas tradicionales ya cuentan con su propia “bancada” subordinada,  tal como lo demuestra un reportaje de Plaza Pública esta semana. (Faltaría demostrar también la subordinación de otros diputados a los capitales emergentes para corroborar lo mismo). 

El hecho de que el Gobierno haya tenido que reducir sus intenciones iniciales (que incluía  ANC), así como la calidad y cantidad de su propuesta constitucional y encima insinúe que ello fue fruto del diálogo intersectorial, es tan ridículo como la cancioncita publicitaria de los seis meses que nadie cree.  Porque lo que en realidad pesó más en la “socialización” de su propuesta fue la opinión e intereses de las cúpulas empresariales.  

Es bien sabido, más bien, que la mayoría de sectores sociales se pronunciaron en dos direcciones: 1) reformar antes que nada la Ley Electoral y de Partidos Políticos, y/o, 2) reformar las leyes ordinarias como la de Régimen Interior del Congreso, la Ley de Servicio Civil, las de Transparencia, y otras más urgentes y con menos desgaste que una reforma constitucional light.

Por eso avalo que antes de que el Congreso de la República conozca esta iniciativa constitucional del gobierno, se espere la resolución de la Corte de Constitucionalidad (CC) respecto a la queja presentada por los amigos de Pro-Reforma para que dilucide el tema de “primero en tiempo, primero en derecho”, de otras propuestas hechas. Segundo, considero la propuesta de reformas constitucionales planteada por las organizaciones mayas, como la más democrática de todas las presentadas hasta ahora y por tanto, el Congreso podría —si tuviera la visión política necesaria— partir de ella para generar los consensos para una verdadera reforma del Estado.  

Por cierto que alguien de la extrema derecha criticó —en las redes sociales—  esta propuesta de los pueblos indígenas diciendo que era una expresión de racismo a la inversa. A lo que respondo: las demandas de poder y equidad de los pueblos indígenas en el Estado de Guatemala no son un signo de racismo, pero negárselo de antemano sí lo es. Y añado, desde esta perspectiva, i.e. desde el pluralismo de la representación política, la propuesta constitucional del gobierno respecto a los pueblos indígenas es francamente folclorista. 

Todo lo anterior debería demostrar la necesidad de una Asamblea Nacional Constituyente para refundar y reformar al Estado y conciliar allí todos los intereses posibles desde una posición legítima y soberana. Pero como es de suponer que el gobierno no tiene la mínima intención de caminar por ese rumbo, querrá salir bien librado de este ensayito, lo cual augura un evento de bajo costo combinándolo con el referéndum del caso Belice. 

La otra alternativa es que el Gobierno por fin se dedique a gobernar, porque lo que hasta ahora la derecha sigue demostrando es que solo sabe dar palo y entregar los bienes públicos a manos privadas, en negocios que van dejando “sobras” a su paso.



http://www.s21.com.gt/dialogo-critico/2012/08/23/ahora-si-fiasco

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